martes, 22 de noviembre de 2022

La muralla púnica de Cartagena

     Visitando la increíble ciudad de Cartagena, decidimos ver los restos más antiguos que allí se conservan. Se trata de una muralla de época púnica datada del siglo III a.C. 

     Pero antes de adentrarnos en la construcción arquitectónica deberíamos aclarar el contexto histórico de la época a la que nos referimos.

    Durante este siglo III a.C. hubo dos grandes potencias que intentaban dominar el Mediterráneo. Se trataban de Roma y Cartago que durante sus aspiraciones conquistadoras acabaron encontrándose y enfrentándose entre ellas. Sus luchas fueron conocidas como las guerras púnicas y fueron hasta tres comprendiendo desde el año 264 a.C. hasta el año146 a.C.. 

     La primera de las guerras púnicas se produjo por el control de Sicilia que era una colonia griega. Los primeros enfrentamientos fueron en tierra, donde los romanos eran superiores, para continuar la batalla en el mar. Los cartagineses poseían una gran flota de barcos utilizando la quinquerrene (nave con cinco órdenes de remeros) mientras que los romanos no tenían mucha experiencia en el mar.

    Los romanos sabían que si querían ganar la batalla contra los púnicos deberían prepararse para la batalla naval. Así comenzaron a construir barcos con gran similitud a los cartagineses copiando un modelo hundido de un quinquerrene púnico. Pero, la mayor innovación romana fue la incorporación de un artefacto denominado corvus que era una pasarela de madera que se enganchaba en los barcos enemigos y que facilitaba el acceso para llevar a cabo un combate cuerpo a cuerpo.

    Después de varias batallas tanto en tierra como en mar la balanza de la victoria se decantó hacia el imperio romano el cual, impuso unas duras indemnizaciones a Cartago para firmar el tratado de paz.

    Los púnicos, derrotados y debilitados firman el pacto mientras trataban de buscar una solución a sus problemas económicos.  

     La encontraron en Hispania donde sus ricas tierras ofrecían atrayentes recursos con los que poder cubrir sus deudas, no solo con Roma sino también con los mercenarios que solían contratar para luchar en las batallas. 

    Los ejércitos cartagineses, comandados por el general púnico Amílcar Barca, alcanzaron el sur de Hispania, donde tuvieron que enfrentarse a las poblaciones íberas que allí residían. En uno de esos enfrentamientos el general perdió la vida pasando el mando a su yerno, Asdrúbal el Bello ( no confundir con Asdrúbal Barca, el hijo de Amílcar).

     Asdrúbal el Bello (yerno de Amílcar) funda en el año 229 a.C. la ciudad de Quart-Hadast que en la actualidad corresponde a la ciudad de Cartagena.

     En este lugar encontraron los púnicos un enclave ideal para su recuperación gracias a las minas de plata y plomo. Además, estratégicamente era muy seguro ya que, estaba rodeado de colinas y el único acceso era por mar. Construyeron un puerto, astilleros e incluso amurallaron la ciudad construyendo la muralla púnica de la cual, todavía hoy en día podemos contemplar en parte. 

    Aquí vamos a centrarnos en la muralla, que era el tema que trataríamos en esta entrada. En 1987, durante las obras para la construcción de un aparcamiento aparecieron los primeros restos. Las excavaciones arqueológicas se realizaron en dos años, una en 1987 y la otra en 1989. 




     Las conclusiones de los trabajos determinaron que se trataba de una construcción con doble línea de muralla con una separación de casi seis metros entre ellas. Estaba dividida por muros perpendiculares y fue construida con bloques de arenisca debido con toda probabilidad a la abundancia en la zona, su facilidad de extracción y de labrado.

   La datación es del siglo III a.C. aunque después fue reutilizado por los romanos. También se localizaron panteones y estructuras funerarias de la segunda mitad del siglo XVIII.




      La muralla tenía una altura de más de 10 metros y estaba dividida en dos pisos de altura. En la parte inferior albergarían a los animales, elefantes y caballos empleados para la batalla. En la superior estarían los soldados y los almacenes de forraje y grano. 

    También se descubrieron numerosos enterramientos modernos en fosa a lo largo de la muralla. Y lo más sorprendente de todo es la localización de una cripta funeraria, la llamada Cripta de San José.




     Su construcción se cree que se realizó a finales del siglo XVII o comienzos del XVIII. Posee una estructura elíptica respetando la estructura de la muralla. 

     En su interior se localizaron 110 nichos ordenados en filas horizontales con un pequeño altar en cada uno de los extremos. La estancia estaba decorada con alusiones a la muerte y a la fragilidad de la vida recordando a las danzas de la muerte de época medieval. Lamentablemente prácticamente no queda nada de esas pinturas, apenas una sombra de lo que fueron en otro tiempo. 




     Los cuerpos fueron encontrados en ataúdes de madera, acompañados de medallas de santos o anillos a modo de ajuar funerario. Seguramente los difuntos pagaban una cuota para ser enterrados en este lugar una vez que dejasen la vida, probablemente con la esperanza de una futura resurrección. 

     En nuestra visita, en el mes de septiembre, no pudimos entrar en la cripta ya que se encontraba en reparaciones debido a las filtraciones de humedad. Hoy en día sabemos que están trabajando en la rehabilitación así que, seguro que podremos entrar en nuestra siguiente visita a Cartagena. 


    Reanudando las guerras púnicas sabemos que Asdrúbal se estableció en esta zona e incluso construyó un palacio increíble en el cerro del Molinete. 

     El general cartaginés Asdrúbal el Bello murió asesinado en el año 221 a.C. siendo su sucesor Aníbal Barca, el hijo de Amílcar.

     En año 218 a.C. Aníbal decide atacar Sagunto a pesar de que esta decisión sabía que, implicaba declararle abiertamente la guerra a Roma debido a que rompería las condiciones de un tratado. Comenzó de esta manera las segundas guerras púnicas, un conflicto que se extendería hasta el año 202 a.C..  

    El poderío naval púnico había disminuido considerablemente, mientras que el romano había crecido así que, Aníbal consideró que el mejor ataque sería por tierra. 

    Su estrategia fue ir hacia Roma por tierra cruzando los Alpes con un gran ejército y acompañado de 38 elefantes, algo que los romanos no sospecharían. El viaje fue muy duro y muchos perecieron por el camino pero finalmente contra todo pronóstico Aníbal se plantó a las puertas de Roma, creando el pánico en la ciudad. 

    Mientras Aníbal estaba fuera de Quart-Hadast los romanos aprovecharon para atacar la ciudad. A cargo se había quedado su hermano, Asdrúbal Barca que intentó a toda costa repeler a los romanos.  El general romano Publio Cornelio Escipión tomó Cartagena en el año 209 a.C. rompiendo su muralla defensiva y llamándola desde entonces Cartago Nova.

    En los siguientes años, Aníbal ganó varias batallas a los romanos hasta que alcanzó la derrota en la batalla de Zama en el año 202 a.C.. Esto volvió a traer consecuencias para Cartago que vio incrementada sus deudas a Roma.

    El general cartaginés Aníbal se vio obligado a huir con la amenaza de ser entregado a Roma después de que el senado cartaginés no lo apoyase. En el año 183 a.C. se suicidó con veneno temeroso de ser capturado por sus enemigos. 

     La tercera guerra púnica se produjo entre los años 149 y 146 a.C.. Roma temerosa de que Cartago se rearmase otra vez decidió aniquilarla definitivamente. Lo hizo mediante un largo asedio intentando romper sus murallas en varias ocasiones. Finalmente consiguieron entrar realizando una masacre donde no quedó ni un solo edificio en pie firmando el final de los cartagineses.

     Lo único que nos queda de los púnicos son los restos arqueológicos que todavía se pueden ver. En España quedan muy pocos restos de esta cultura proveniente de los fenicios, uno de ellos es la muralla púnica de Cartagena. Así que, os recomendamos visitarla y disfrutarla.

Si queréis ver la muralla púnica pulsar aquí

También lo podéis ver en gallego

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