miércoles, 29 de julio de 2020

Cierto o Mentira

Tras una visita a la catedral de Toledo me sorprendió encontrarme con una parte muy conocida por todos, esa imagen grabada tras el coro de la catedral a la que tuve la suerte de fotografiar. En ella se representa la muerte de Abel a manos de su hermano Caín. Pero lo peculiar de esta representación es el hecho de que se trata de la única muestra que se tiene de un acto vampírico, ya que vemos como Caín da muerte a su hermano mordiéndole en el cuello.


Esta representación se cree que está basada en un versión del relato bíblico que aparece en el Zohar, el libro sagrado de la cabalística judía.

La cábala es un sistema de interpretación mística y alegórica de la Torá (llamada Pentateuco por los cristianos y que representa los cinco primeros libros de la biblia cristiana) con el fin de buscar en el texto el significado del mundo y la "verdad".
En concreto, la versión sería ésta: ZoharI, 54b: "dijo el Rabí Isaac: cuando Caín mató a Abel no sabía como el alma se separaba del cuerpo, por lo que le mordió como una serpiente".


Otra teoría es que sea un símbolo introducido por la herejía Cainita. Esta secta venera a Caín como un ser de origen celestial, despreciando a su hermano Abel por su debilidad.

Sea una u otra teoría, esta escena provoca admiración y curiosidad a todo aquel que tiene la posibilidad de contemplarla. Así que, desde Archeology World os recomendamos visitar la hermosa Catedral de Toledo y localizar este misterioso relieve.  





Cambiando de estancia, el equipo de Archeology World quiere mostraros la Sala Capitular de la Catedral de Toledo, situada al final del margen derecho de la entrada de acceso.
Esta zona consta de dos partes: una antesala y la sala capitular. El Cardenal Cisneros fue el que las ordenó levantar, realizándose las obras entre 1504 y 1512 siendo los planos de Enrique Egas y Pedro de Gumiel como maestro de obras.


La antesala, de forma rectangular, servía de vestuario para los canónigos de los que se conservan los armarios de madera de nogal y peral. En la decoración, destacan las pinturas murales con motivos florales.


La sala capitular tiene en su parte inferior los 32 retratos de los Arzobispos Toledanos pintados por Juan de Borgoña. La parte superior está cubierta por pinturas al óleo que representan trece escenas de la vida de la Virgen y la Pasión de Cristo. 


Cuando alzamos nuestras miradas hacia el techo, el equipo de Arqueology World quedó impactado por el magnífico e impresionante artesonado dorado, realizado por Diego López y Francisco de Lara entre 1508 y 1510.

Nos centraremos ahora en la pintura del Juicio Final que fue realizada por Juan de Borgoña en 1510.



  


En la parte central vemos a Jesucristo sentado sobre la bola del mundo con los brazos abiertos amparado por San Juan y la Virgen arrodillados, seguido de todos los apóstoles.

En la zona inferior están los elegidos a la derecha y los condenados al infierno a la izquierda. Debajo de todo se puede observar a los difuntos resucitando para comparecer al Juicio.



En esta pintura el diablo es representado como un gigantesco cuadrúpedo, roedor y con pezuñas de ave rapiña que intenta arrastrar por los pelos al alma de una mujer.
Lo que más me sorprende en esta imagen es la semejanza de las gárgolas con los seres del mal.  Yo creía que las gárgolas protegían del mal no que fuesen el mal mismo. 
Aunque esto me sirve para poder poner unas líneas que digo desde hace mucho tiempo:

Toda Verdad tiene su parte de Mentira
Toda Mentira tiene su parte de Verdad
la  Realidad  es como  el Yin y el Yang

Esta visita de Archeology World a la ciudad imperial de Toledo se realizó  como el yin y el yang puesto que, estaba el equipo al completo, todas las partes nos complementábamos ya que, tuve el placer y el honor de tener la compañía de Violeta López.  En un futuro próximo pondremos una entrada mas extensa de la visita a la ciudad seguramente redactada por mi querida Violeta. Respecto a ella debo confesar algo, los coloridos ojos de la catedral no lograron eclipsar sus preciosos ojos.

Texto y Fotos: Jiaaguero

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