miércoles, 21 de septiembre de 2022

Castillo de Barcience

En el municipio toledano de Barcience se puede observar en su parte más alta la silueta de un castillo. Archeology World decidió recorrer el sinuoso camino de tierra hasta alcanzarlo y poder descubriros esta magnífica estructura. 

Entrada al castillo




Lo primero que nos llama la atención de este castillo es el enorme león rampante que decora su torre más alta. El gigantesco emblema heráldico es el escudo de la casa de los Silva, los constructores de este edificio. 


Escudo heráldico




El castillo de Barcience fue una zona fortificada en los siglos XI y XII. En el siglo XIII fue propiedad de la Orden de Santiago pero fue cedido a Alfonso Tenorio de la familia de los Silva.
 

Juan de Silva fue el conde de Cifuentes y él comenzó la construcción del castillo de Barcience en el siglo XV aunque fue su nieto el que la concluyó, siendo utilizada como mansión familiar. 






De la casa de los Silva la propiedad pasó a los Infantado, los Osuna y los Pastrana. Estos últimos se lo donaron al Papa León XIII el cuál se lo vendió al bilbaíno D. Manuel de Taramona. Años más tarde lo vendió a Cirilo Calderón que adquirió también el palacio de Barcience.
Actualmente las propiedades pertenecen a Luis Calderón el heredero de Cirilo Calderón.

El castillo de Barcience es un edificio de planta rectangular. Tiene una torre en cada esquina, dos de ellas circulares y las otras dos rectangulares, una es la torre del homenaje y la otra es donde se ubica el escudo familiar. 
Un camino de ronda enlazaba las dos torres circulares y entraba en la torre del homenaje.


Detalle de una de las ventanas



Está construido principalmente en mampostería aunque también se utilizó ladrillo. 
En la entrada se pueden ser los restos del muro defensivo, donde iría el puente levadizo. También se pueden ver los vestigios de un foso de cinco metros de anchura.




Barbacana del castillo


Alcanzamos la puerta de entrada que es un arco de medio punto. Al entrar nos encontramos con un espacio vacío, desierto porque del interior no queda absolutamente nada. 

Se aprecian claramente la existencia de dos pisos con un gran número de ventanas. En el lado derecho quedan los restos de un aljibe del cual se extrajeron balas de antiguos cañones.


Interior del castillo



Justo a la derecha de la puerta de entrada estaba el acceso a la torre del homenaje. Una escalera de caracol daba acceso a las distintas estancias. Hoy en día, solo queda un espacio vacío por donde desciende la luz del sol dejando únicamente a nuestra imaginación lo que allí habría. 




Hueco de la escalera



El castillo es visitable ascendiendo por una pista de tierra con un vehículo todoterreno o ascendiendo a pie. La entrada es libre aunque lamentablemente haya ciertas personas que no respeten el patrimonio y se dediquen a realizar pintadas en estas piedras históricas. 

Desde Archeology World recomendamos que os acerquéis a este cautivador castillo, lo recorráis y admiréis las impresionantes vistas. No olvidéis dejarnos vuestros comentarios en nuestro blog, en nuestra página de Facebook o en el canal de Youtube. 



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